Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum y una de las voces más influyentes en temas de privacidad digital, cuestionó públicamente la decisión de X de mostrar de forma obligatoria el país de origen de cada usuario.
En su mensaje afirmó: «revelar el país sin consentimiento y sin ofrecer ninguna opción de cancelación está mal». Su comentario amplifica el debate sobre la seguridad y la exposición involuntaria de datos en plataformas que concentran actividad política, social y financiera.
La postura de Buterin se suma a una discusión creciente desde que X comenzó a mostrar el país asociado a cada cuenta sin permitir desactivar esta función. Aunque la plataforma sostiene que la medida busca mejorar la transparencia frente a la desinformación, expertos en ciberseguridad alertan que también puede generar riesgos operativos para ciertos usuarios.
Buterin y el riesgo del nuevo sistema de geolocalización en X
El punto central de la crítica de Buterin es la combinación entre obligatoriedad y falta de control. En su mensaje advirtió que «hay personas para quienes incluso una pequeña filtración es arriesgada», señalando que, en determinados contextos, una mínima exposición puede eliminar su anonimato.
Desde una perspectiva técnica, revelar el país no muestra una ubicación exacta, pero sí añade un metadato permanente que puede cruzarse con otros indicadores y reducir la entropía del anonimato.
En ecosistemas como el de criptomonedas, donde la trazabilidad puede combinar direcciones on-chain, comportamiento social y perfil geográfico, este tipo de señal puede convertirse en un vector para ataques dirigidos, extorsión o ingeniería social.
Buterin también destaca que aplicar esta función de manera retroactiva, sin posibilidad de eliminar la exposición, contradice principios fundamentales del control del usuario sobre su identidad digital.
Por ello, la ausencia de una opción oficial para no participar transforma una medida potencialmente voluntaria en una forma de doxxing automatizado.
El equilibrio entre transparencia y protección en redes sociales
La advertencia de Buterin adquiere peso en un entorno donde la privacidad digital es esencial para desarrolladores, fundadores, inversores y analistas del sector cripto. Muchos usuarios operan desde jurisdicciones sensibles o gestionan activos de alto valor, por lo que incluso una mínima referencia a su ubicación puede ponerlos en riesgo.
La situación se agrava si se considera que actores estatales o grupos organizados pueden utilizar los metadatos públicos de X con fines de vigilancia.
En este escenario, el comentario de Buterin subraya un desafío central para las plataformas: equilibrar transparencia y seguridad sin comprometer identidades vulnerables. Su postura apunta hacia soluciones basadas en consentimiento explícito, controles reversibles y políticas de visibilidad que no generen riesgos adicionales.
En conjunto, la crítica reabre el debate sobre privacidad en redes sociales, especialmente en un momento en el que la actividad digital se entrelaza cada vez más con el ecosistema financiero descentralizado.
La respuesta de X -y de la comunidad- podría sentar un precedente relevante en gobernanza de datos y protección de identidades en el entorno digital actual.
